¿A qué intereses económicos responde esta propuesta del Modelo CUS?
Observando a los actores económicos, los movimientos del mercado global y el capital industrial y financiero, podemos afirmar se está produciendo una revitalización de propuestas de tinte neoliberal, tendientes a mercantilizar todos los aspectos de la salud y la vida. Estas propuestas profundizan estructuras coloniales de dependencia económica para los países de nuestra región. Los organismos financieros internacionales (BM, BID, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio etc.) en contubernio geopolítico con las empresas multinacionales, entendieron que una forma de crecer en América Latina, es financiarizar la salud extendiendo sus negocios a través de este campo, con financiamiento estatal-público, y con la clientización masiva de la población, desposeyéndoles de su ser ciudadano sujeto de derecho a la salud.
En este sentido, actualmente, el BID y el BM son dos de los organismos financieros internacionales que se encuentran promoviendo a partir del endeudamiento estatal una reforma del Sistema paraguayo de salud. Para ello está vigente, desde el 2012, la ejecución de un préstamo del BID (13) por valor de 27 millones de dólares cuyo objeto es mejorar los indicadores de Desarrollo Infantil Temprano (DIT), fundamentalmente a través del fortalecimiento de la estrategia de atención primaria, y un crédito del BM (pendiente de aprobación por el Congreso de la Nación) para supuestamente fortalecer también la estrategia de APS y crear las líneas de la nueva reforma del sistema de salud que camina hacia el Modelo de la CUS, por valor de 115 millones de dólares.
Estrategias del mercado que generan enfermedad en la población.
En los últimos años, se ha legitimado el discurso de reforma estructural del sistema nacional, a través de un sentido retroceso en el derecho a la salud con la inacción deliberada del Estado paraguayo, a través de la baja inversión y ejecución presupuestaria, y la generación y profundización de múltiples barreas de acceso (precarización de todo el sistema, desde la estrategia APS hasta el tercer nivel), y con un empeoramiento de la salud de la población debido a la transición epidemiológica (14), en la que prevalecen enfermedades llamadas “enfermedades de la pobreza” (diarreas, problemas respiratorios, etc.) con fuerte incidencia de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, etc. que son insostenibles para las familias.
Estas enfermedades se pueden explicar, bajo el paradigma de la determinación social de la salud (15), como consecuencia de un modelo productivo extractivista que genera desplazamientos forzosos de los campesinos y campesinas alterando sus modos y estilos de vida; de una Democracia de baja intensidad con escasos canales de participación protagónica para la propuesta de políticas públicas y de control por parte de la población; un sistema de salud precarizado y desfinanciado; y por la exclusión, la desigualdad y la pobreza. Sin embargo, estos elementos tenidos en cuenta para llevar a cabo una verdadera reforma de salud, que permita vivir a la población de manera saludable, bajo criterios de justicia social y ambiental.
El derecho a la salud, incluido el acceso universal sin barreras, es posible.
Recomendaciones al Estado paraguayo para el diseño de una agenda de reformas.
1. Parar inmediatamente cualquier nueva reforma del sistema de salud que amparada en viejas recetas neoliberales, mercantilicen aún más la vida de las personas, desposeyéndolas de su ser ciudadano, en pro del mercado y de las ganancias empresariales.
2. Abrir un diálogo transparente con las organizaciones y movimientos sociales y populares del país, creando mecanismos de participación institucionales, para que puedan contribuir protagónicamente a la propuesta de reforma del sistema de salud.
3. Reformar el Sistema Nacional de Salud, hacia la construcción de un sistema de salud público, universal, único, integral y gratuito que garantice el derecho a la salud, la eliminación de las inequidades sanitarias, la eliminación de las barreras de acceso y alcance la cobertura universal. Para ello, es urgente una reforma impositiva bajo el paradigma de justicia tributaria, de impuestos progresivos y la disminución progresiva de los impuestos regresivos, que castigan a la clase social empobrecida, en beneficio de las clases sociales más ricas.
4. Generar espacios de participación social vinculantes que permitan trabajar la determinación social de la salud, bajo un enfoque transectorial, en los cuales se analicen las implicaciones de la desigual distribución del poder frente a este modelo productivo y reproductivo que ha demostrado ser generador de pobreza, desigualdad y exclusión social, de manera a generar una propuesta de país alternativa en la que podamos avanzar en la implementación real de los derechos humanos en base al criterio de interdependencia.
En síntesis, radicalizar la Democracia, apostar por la vida, la salud del pueblo, y la generación de condiciones para materializar el derecho a vivir en entornos saludables.
(1) “La cobertura universal de la salud es costo efectiva y genera mejores resultados sanitarios”, Judith Rodin” directora de la Fundación Rockefeller en el evento paralelo a la 68º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
(2) Fundación Rockefeller, Save the Children, Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzaron el 23 de septiembre del 2013 el reporte Cobertura Universal de la Salud: un compromiso para cerrar la brecha, en el marco de un evento paralelo a la 68º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
(3) Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS). CD53/5, Rev. 2. Octubre 2014. Disponible en: http://www.paho.org/hq/index.php option=com_docman&task=doc_details&gid=27632&Itemid=270&lang=es
(4) El acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud implican que todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud, adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles, a la vez que se asegura que el uso de esos servicios no expone a los usuarios a dificultades financieras, en particular los grupos en situación de vulnerabilidad. El acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud requieren la definición e implementación de políticas y acciones con un enfoque multisectorial para abordar los determinantes sociales de la salud y fomentar el compromiso de toda la sociedad para promover la salud y el bienestar. El acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud son el fundamento de un sistema de salud equitativo. La cobertura universal se construye a partir del acceso universal, oportuno, y efectivo, a los servicios. Sin acceso universal, oportuno y efectivo, la cobertura universal se convierte en una meta inalcanzable. Ambos constituyen condiciones necesarias para lograr la salud y el bienestar. (CD53/5, Rev. 2 y CD53/R14 OPS/OMS, 2014). Disponible en: https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=9392:universal-health-coverage&Itemid=40690&lang=es
(5) El subsidio a la demanda surgió como un medio para privatizar los servicios públicos. Con esta modalidad, el Estado entrega los subsidios (el dinero) a las empresas privadas que se encargan de prestar los servicios públicos a la población, de manera tercerizada, debilitando cada más la prestación de servicios por parte de las entidades públicas, y achicando el Estado. https://www.elespectador.com/opinion/subsidio-la-demanda-columna-696778. Este modelo de financiamiento es una de las claves de los procesos privatizadores del neoliberalismo , en el cual se promueve el financimiento para que las personas puedan pagar y convertirse en consumidores, desde una visión mercantilista pero no se generan las condiciones para la exigibilidad del derecho a la salud desde un enfoque del ciudadano como real sujeto de derechos.
(6) La Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, se realizó en Kazajistán, en 1978 y fue el evento de política de salud internacional más importante de la década de los setenta. La conferencia fue organizada por la OMS/OPS y Unicef, patrocinada por la entonces URSS. En la Conferencia se resolvió el objetivo de llegar a la “Salud para todos en el año 2000”, y se definió la estrategia como “Atención Primaria de Salud” (APS) que implicaba un tratamiento multicausal de los problemas de salud y una organización de los servicios de salud que permitiera servicios globales, continuos, integrales, distribuidos equitativamente buscando su eficacia y eficiencia. La Declaración resultante se encuentra disponible en: http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/situa/1995_n5/declaracion.htm
(7) En Octubre del 2018, se aprobó la Declaración de Astaná. Del paradigma de Alma Ata que sostenía “una estrategia para alcanzar la meta de salud para todos; cuya interpretación es enunciar el derecho a la salud” se cambió al de evitar “riesgos financieros para las familias” en el que la APS se limita a ser el primer nivel de atención, alejándonos del derecho a la salud en su concepción de cuidado integral de la vida.
(8) Bajo el paradigma de los determinantes sociales, promovido desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se reconoce que los sujetos están expuestos a un medio ambiente externo a ellos y reciben el efecto de factores de riesgo contenidos en este ambiente, por lo que los resultados en salud están relacionados con un contexto social donde la posición social del individuo genera exposición y vulnerabilidad diferencial que explica la distribución de las inequidades en salud.(Morales-Borrero, et. al, 2013)
(9) En esta lógica podremos enfermarnos de algunas cosas, para el resto tendremos que seguir haciendo polladas.
(10) Salud universal significa que todas las personas tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios de salud integrales de calidad, cuando y donde los necesitan, y que el Estado debe responder con todas sus capacidades. Sin embargo, con la propuesta de CUS, se universaliza la cobertura (no el derecho a la salud) y bajo el paradigma de la diferenciación (estratificando en grupos diferentes) promueve respuestas sanitarias diferentes según el grupo social al que se pertenece.
(11) Ver Asa Cristina Laurell, Joel Herrera Ronquillo. La Segunda Reforma de Salud. Aseguramiento y compra-venta de servicios. Disponible en: https://www.scielosp.org/article/scol/2010.v6n2/137-148/
(12) Capacidad de pago que será subsidiada por el Estado, bajo el criterio de subsidio a la demanda, focalización en los pobres con acceso a paquetes de servicio mínimos, en contra de la universalización del derecho a la salud, consagrado en la Constitución Nacional de 1992 “El Estado protegerá y promoverá la salud como derecho fundamental de la persona y en interés de la comunidad” (Art. 68).
(13) El Crédito del BID ha tenido graves problemas de ejecución. En el caso del crédito del BM aún se tiene muy poca información disponible.
(14) Sequera, Guillermo 2018. Rev. Salud Pública Paraguay; Vol. 8 N° 2; Julio – Diciembre 2018.
(15) Para la medicina social, el concepto de determinación social, refiere que los sujetos están subsumidos en los modos y condiciones de vida impuestas por un todo social, en el cual son fundamentales las fuerzas en tensión y relaciones de poder de la sociedad que están relacionadas a tensiones dialécticas, de formas de producción y reproducción de la vida colectiva de las personas. Dichas relaciones enajenan al sujeto de sus posibilidades de realización vital, en tanto configuran una matriz de “triple inequidad” conformada por la inequidad de género, de etnia y de clase social.
Bibliografía
– Laurell AC, Herrera Ronquillo J. La Segunda Reforma de Salud. Aseguramiento y compra-venta de servicios. Salud Colectiva. 2010;6(2):137-148.
– Martín Martínez, Mariluz (2017). La salud es un derecho humano. Solo se entiende universal, pública y gratuita. En Yvypóra Derécho Paraguáipe – Derechos Humanos en Paraguay 2017 (pp. 185-202). Asunción: Codehupy.
– Martín Martínez, Mariluz (2018). El derecho a la salud es inalcanzable sin justicia social y calidad de vida. En Yvypóra Derécho Paraguáipe – Derechos Humanos en Paraguay 2018 (pp. 169-184). Asunción: Codehupy.
– Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (2017). Indicadores Básicos de Salud 2017. Paraguay. Disponible en portal. MSPyBS.gov.py/digies/wp-content/uploads/2018/04/IBS-Paraguay-2017.pdf.
– Morales-Borrero, Carolina; Borde, Elis; Eslava-Castañeda, Juan C.; Concha-Sánchez, Sonia C. diciembre (2013). ¿Determinación social o determinantes sociales? Diferencias conceptuales e implicaciones praxiológicas. En Revista de Salud Pública, vol. 15, núm. 6, pp. 797-808. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.
Organización Mundial de la Salud OMS (2011). Cerrando la brecha: la política de acción sobre los determinantes sociales de la salud: documento de trabajo. Disponible en www.who.int/sdhconference/discussion_paper/Discussion-Paper-SP.pdf?ua=1.
– Organización Mundial de la Salud Comisión de Determinantes sociales (2008). Subsanar las desigualdades en una generación. Alcanzar la equidad sanitaria, actuando sobre los determinantes sociales de la salud. WHO/IER/CSDH/08.1. Ginebra: OMS. Disponible en: apps.who.int/iris/bitstream/10665/69830/1/WHO_IER_CSDH_08.1_spa.pdf.
– Perrotta M, Navarro E. (2017). Un Nuevo paradigma para entender y gestionar la salud en Paraguay.
– Rivarola, Milda (coord.) (2018). Fiscalidad para la equidad social. Tomo II. Decidamos y CADEP.
– Sequera, Guillermo, 2018. Rev. Salud Pública Paraguay. Vol. 8 N° 2; Julio – Diciembre.