El sector alimentario y el sector agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza.
Este ODS presenta un gran desafío a los países del mundo, ya que estos tendrán que garantizar a una población mundial que va en aumento –que se proyecta que llegará a las 10.000 millones de personas para el 2055 (ONU, 2017)– alimentos de calidad para satisfacer sus necesidades nutricionales básicas. Además, tendrán que hacerlo en un planeta que tiene cada vez más escasez de agua, una mayor degradación de los suelos y de la biodiversidad. El impacto del cambio climático en la agricultura dificulta aún más la situación.
El logro de una buena nutrición es fundamental para el logro de la Agenda 2030, ya que ella es el sustento del crecimiento sostenible para ayudar a combatir la pobreza, garantizar una educación de calidad, promover el crecimiento económico y lograr reducir las desigualdades.
Para medir el estado del avance para el logro de la meta 2.1 “Poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas (…) a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año”, en Paraguay se toma un indicador alternativo al propuesto por la ONU, por la falta de datos precisos para la construcción de dicho indicador. Se utiliza la “Proporción de hogares con disponibilidad calórica deficiente”, y se menciona que estos datos no son obtenidos periódicamente en el país, lo cual dificulta el control del progreso.