En los últimos meses, las redes sociales en Paraguay se han convertido en un escenario donde desde un sector de la sociedad se pretende instalar desconfianza hacia las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), sobre todo, contra aquellas que desarrollan actividades con organizaciones sociales.
En Paraguay, históricamente las ONG se constituyeron en protagonistas, referentes y refugios de la sociedad civil, desde la época de la dictadura, cuando las instituciones gubernamentales carecían de toda credibilidad y la sociedad era víctima de una total falta de protección a los Derechos Humanos.
En era democrática también los organismos no gubernamentales desempeñaron una importante labor reconocida por la misma sociedad civil e inclusive por organismos del Estado, gracias al alto nivel de eficiencia y seriedad en los estudios y actividades desarrolladas por estas organizaciones. Basta mencionar que, en las primeras elecciones municipales de la era democrática en 1991, los resultados del conteo paralelo realizado por varias ONG reunidas en el proyecto Sakä, fueron admitidos por el propio presidente de la República de entonces, el General Andrés Rodríguez, para reconocer el triunfo de la oposición en las principales intendencias de la República.
Una realidad también de los últimos tiempos es que políticos inescrupulosos, aprovechándose de sus influencias políticas, comenzaron a crear “ONG de fachada” para desviar recursos públicos. El caso más grosero se dio en la gobernación del departamento Central, donde mediante “ONG fantasmas” se desviaron sumas multimillonarias, que debían ser destinadas a las familias vulnerables, en el marco de la asistencia por la pandemia del Covid-19. El gobernador Hugo Javier González fue destituido a consecuencia de esta investigación y afronta un proceso judicial.
Cuestionamiento selectivo
Es llamativo, sin embargo, que desde el sector que intenta instalar la desconfianza hacia la labor de las ONG en Paraguay este tipo de seudo organizaciones no son cuestionadas, sino solamente las que desarrollan actividades con organizaciones sociales.
En un estudio de monitoreo desarrollado entre los meses de julio a agosto de 2023, solamente en la red social X (ex Twitter) se encontraron 35 posteos que expresaban opiniones negativas hacia las ONG en Paraguay. No se detectaron opiniones favorables, ni respuestas a los discursos negativos hacia las organizaciones.
Las posturas expresadas en las publicaciones abarcan desde la influencia de las ONG en la educación y la sociedad hasta acusaciones de agendas ocultas y conexiones con figuras controvertidas como George Soros. La ideología de género también se erige como un tema recurrente. Es notable el uso de términos negativos y despectivos para referirse a estas organizaciones, sugiriendo un clima de polarización y desconfianza.
Otra parte de la observación de publicaciones en la red social X incluyó a las publicaciones de los meses de setiembre y octubre y se pudo observar que en estas se refuerza el intento de instalar la desconfianza hacia las ONG en Paraguay.
Crítica y desconfianza
Las publicaciones analizadas sugieren una visión mayoritariamente crítica y desconfiada hacia las ONG, asociándolas con supuestas agendas políticas y económicas perjudiciales. Términos como “zurda” y “zurdos” revelan una polarización política y una campaña que apunta a la estigmatización de estas organizaciones, vinculándolas negativamente con ciertos sectores políticos o grupos de la sociedad.
Se puede apreciar también un supuesto pedido de transparencia financiera en las publicaciones, apelando a una presumida demanda ciudadana de rendición de cuentas.
Además, se cuestiona el uso de los fondos extranjeros y se sugiere una falta de claridad en las operaciones de las ONG. Las categorías de análisis, desde desconfianza hasta conspiración, reflejan una diversidad de intentos de estigmatizar a las organizaciones en el discurso virtual.
Referentes políticos y periodistas
Si bien los post estudiados no alcanzan niveles de alto impacto, ya que en algunos casos las publicaciones son de perfiles falsos, hay que reconocer que efectivamente están personas, referentes políticos y periodistas, bien identificados con un sector político determinado entre los que promueven este discurso contra las ONG.
Es innegable que las redes sociales en la actualidad actúan como amplificadores de la desconfianza, y por más que las publicaciones no alcanzan niveles de viralización, lo que se constata es la ausencia de una narrativa en favor de los organismos que desarrollan actividades con los sectores más vulnerables de la sociedad.