por Fernando Maidana Benegas, Arquitecto-Urbanista
- El Problema: La falta de acceso a viviendas económicas en áreas urbanas centrales está generando una crisis de movilidad al forzar a vivir cada vez más lejos de nuestras actividades diarias.
- ¿Por qué es relevante?: Perdemos entre 2 y 6 horas al día solamente en movernos, tiempo que podría ser utilizado para descansar, producir más, o pasar más tiempo familiar o de ocio.
- La Solución: Fomentar la construcción de viviendas económicas en áreas urbanas centrales para reducir la necesidad de viajar largas distancias y así disponer de más tiempo para nuestras actividades cotidianas.
Mientras perdemos horas y horas de nuestra vida yendo a nuestros lugares de trabajo, para estudiar o para nuestra vida social, tendemos a mirar las causas más visibles: el tráfico vehicular y la falta de calidad en el transporte público. Nos quejamos de los buses llenos, de la poca frecuencia y de la falta de comodidad en nuestros viajes. Sin embargo, en la mayoría de las veces, pasamos por alto la raíz del problema de movilidad que enfrentamos en nuestras ciudades: la dificultad de vivir cerca de nuestras actividades cotidianas.
La falta de acceso a vivienda digna y económica es un factor crucial que contribuye a la crisis de movilidad urbana. En muchos casos, las personas se ven obligadas a vivir en las afueras de las ciudades debido a los altos precios de la vivienda en los centros urbanos. Esta realidad se agrava aún más en países como Paraguay, donde el 84% de la población gana menos del salario mínimo, lo que dificulta aún más la capacidad de pagar mensualmente por una vivienda propia, ya sea a través de préstamos o a través del ahorro.
La consecuencia de no poder vivir en los centros urbanos, es la expansión urbana descontrolada: más personas construyendo o comprando viviendas en las afueras de las ciudades. Esta expansión de las zonas urbanas genera una mayor dependencia del transporte privado y del transporte público de larga distancia, lo que a su vez contribuye al congestionamiento vial y al aumento del tiempo de viaje para acceder a las actividades diarias. La falta de opciones de vivienda económicas en los centros urbanos está alimentando un círculo vicioso que agrava la crisis de movilidad que enfrentamos.
La solución a este problema radica en fomentar la construcción de edificios de viviendas económicas en los centros urbanos de las diferentes ciudades. Esto no solo reduciría la necesidad de viajar largas distancias en vehículo o en transporte público, sino que también logrará revitalizar las áreas urbanas degradadas, mejorará el clima de negocios y mejoraría la eficiencia de los servicios públicos y de transporte.
Para mejorar el acceso a la vivienda, es fundamental implementar políticas que promuevan la construcción de viviendas económicas y la mejora del acceso al crédito para la adquisición de viviendas. Esto podría incluir incentivos fiscales para desarrolladores, programas de subsidios para compradores de viviendas de bajos ingresos y el fortalecimiento de las instituciones financieras para que puedan disponer créditos flexibles y accesibles.
Es importante que las autoridades trabajen en estrecha colaboración con el sector privado y la sociedad civil para desarrollar soluciones integrales que aborden tanto la oferta de viviendas económicas como la capacidad financiera para la compra de vivienda. Esto solamente ocurrirá si todos nosotros nos involucramos y colaboramos para que estos trabajos participativos ocurran.
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