Violencia basada en género: una cuestión sanitaria, social y política

Cada 28 de mayo se celebra el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, una fecha establecida en 1987 por la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC) a fin de tratar las diversas causas de enfermedades y muertes que afectan a las mujeres, así como a promover su atención, prevención y tratamiento.

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades» (Organización Mundial de la Salud)

En este sentido, teniendo en cuenta que el ámbito salud es sumamente amplio e implica varios aspectos que hacen al bienestar integral, en este artículo abordaremos solamente una de las afecciones, hoy considerada por ONU Mujeres como una pandemia mundial: la violencia basada en género.  

La violencia es una violación a los derechos humanos y tiene repercusión en la salud pública. La violencia de género (VBG) impacta negativamente en la salud de las mujeres, afectando tanto su bienestar físico y psicológico como su salud sexual y reproductiva.

En Paraguay, “las consecuencias físicas, mentales y conductuales sobre la salud, también pueden persistir mucho tiempo después de que haya cesado la violencia”. Las lesiones físicas agudas (golpes, cortes, fracturas y otras), los problemas crónicos (trauma psicosocial, lesiones físicas parciales e incluso permanente) son las situaciones por las que atraviesan las mujeres que sufren violencia por parte de un agresor, y en los casos más extremos, incluso, puede llevar al feminicidio (Centro Paraguayo de Estudios de Población. INVESTIGACIÓN. Consecuencias y necesidades vinculadas a la salud de las mujeres que sufren violencia de pareja, 2017)

Los datos de la Encuesta Nacional sobre Situación de las Mujeres en Paraguay – ENSIMUP 2021 (INE, 2022) dan cuenta que casi ocho de cada diez mujeres experimentaron alguna forma de violencia basada en género a lo largo de su vida, tanto en el ámbito público como en el privado. Cuando se analiza la prevalencia de la violencia en el año previo, cuatro de cada diez fueron víctimas. Los tipos de violencia más frecuentes son la psicológica y la sexual. La prevalencia de la violencia es mayor hacia las mujeres de áreas urbanas, en la franja etaria comprendida entre 18 a 29 años, afecta en mayor medida a las mujeres que trabajan en relación de dependencia y en el empleo doméstico (ROMPIENDO EL CICLO. Diagnóstico sobre violencia basada en género en los departamentos del sur de Paraguay, Encarnación: Kuña Róga, 2023)

La violencia basada en género que se da en el ámbito privado, tiene el mismo elevado porcentaje de reproducción en el ámbito público. En cuanto a la violencia familiar, más de la mitad de las mujeres (57,2%) refiere haber sido víctima de violencia o perpetrada por una pareja/ex pareja a lo largo de su vida. En el período de los últimos doce meses, la prevalencia de la violencia afecta a dos de cada diez (24,2%). Las formas de violencia más frecuentes en este ámbito son la psicológica, la física y la económica. Nuevamente, la prevalencia de la violencia es mayor en la franja etaria de mujeres jóvenes. Aunque no hay diferencias entre las mujeres de áreas rurales y urbanas, en todos los casos la prevalencia de la violencia basada en género es mayor para las mujeres de estratos socioeconómicos bajos, lo que señala el impacto interseccional de la desigualdad social en la vulnerabilidad de las mujeres (ROMPIENDO EL CICLO. Diagnóstico sobre violencia basada en género en los departamentos del sur de Paraguay, Encarnación: Kuña Róga, 2023)

En la Encuesta Nacional de Demografía y Salud Sexual y Reproductiva (ENDSSR) realizada por el CEPEP en 2008, se destaca la estrecha relación entre la violencia que sufren las mujeres y las ideas suicidas. Según el estudio, “1 de cada 7 mujeres que experimentaron violencia sexual consideraron quitarse la vida (14,9 por ciento). Las que padecieron violencia física o verbal mostraron esta idea en menor medida, con un 8,7 por ciento y un 5,9 por ciento respectivamente”. Las mujeres indicaron que la violencia sufrida las llevó a sentir baja autoestima, inseguridad, culpa y a autoinfligirse castigos, como si ellas fueran las responsables de los actos de violencia (Centro Paraguayo de Estudios de Población. INVESTIGACIÓN. Consecuencias y necesidades vinculadas a la salud de las mujeres que sufren violencia de pareja, 2017)

Los datos y las diversas formas de violencia van en aumento. Urge la aplicación efectiva de los distintos mecanismos de protección que aborden de forma integral esta problemática social y sanitaria, que no solo afecta a las mujeres, sino a todo su círculo familiar y existencial. 

Fuentes consultadas

Kuña Róga et. al., ROMPIENDO EL CICLO. Diagnóstico sobre violencia basada en género en los departamentos del sur de Paraguay, Encarnación: Kuña Róga, 2023.

https://observatoriodelsur.org/wp-content/uploads/2023/11/Rompiendo-el-ciclo-para-web.pdf

Centro Paraguayo de Estudios de Población. INVESTIGACIÓN. Consecuencias y necesidades vinculadas a la salud de las mujeres que sufren violencia de pareja: 2017

https://www.conacyt.gov.py/sites/default/files/upload_editores/u294/Resumen_violencia_consecuencias.pdf

Por: Kuña Róga