Más allá de los sueños

El motivo por el cual emito este manuscrito es con el afán de poder transmitir el sentimiento de impotencia y rabia que llevo dentro durante mucho tiempo. Quiero desahogarme conmigo mismo y que se pueda entender mejor la razón de mi forma de ser, así como lo que me impulsa con toda el alma a hacer lo que hago. En muchas ocasiones llego incluso a obsesionarme por querer cambiar o mejorar las cosas.

En fin, siendo mi segundo año militando activamente en la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios, he pasado por momentos realmente increíbles. Durante todo este proceso, hasta ahora, he adquirido bastante conocimiento y noción sobre lo que significa ser un joven militante en un movimiento social. Nunca me esperé que la enseñanza que recibiría de algo que inicialmente pensé que solo era un grupo de jóvenes activistas fuera tan impactante. A pesar de que ya había sufrido varios sucesos que me marcaron en mi vida, esto también tendría un efecto que me impulsaría a ser un agente de cambio.

Durante muchísimo tiempo, siempre me dije que nunca me metería en política, sin embargo, ahora ya no puedo mentirme a mí mismo. La razón por la cual estoy involucrado en todo esto se debe a la gran brecha de desigualdad que existe en nuestro país en lo que respecta a la educación.

Para nadie es una sorpresa eso, pero ¿por qué es tan importante para un joven de 18 años como yo? ¿Por qué alguien como yo debería preocuparse por esto? La razón es demasiado obvia. Soy un joven que desde pequeño quiso realizar sus sueños, como todos.

Sin embargo, por el camino y con el transcurrir del tiempo, me he tenido que enfrentar a la terrible realidad que muchos jóvenes vivimos a diario. La falta de acceso a oportunidades nos imposibilita desarrollarnos, crecer y formarnos como personas. Esta es la principal causa de frustración, depresión y desánimo, e incluso de la muerte a través del suicidio entre los jóvenes.

Lamentablemente, la falta de oportunidades nos obliga a ser sumisos ante esta realidad prácticamente nefasta. Nos fuerza a convertirnos en algo que no queremos ser, sin esperanzas de poder progresar o avanzar para salir adelante.

En muchas ocasiones nos dicen que siempre tenemos opciones, pero ¿cómo le explicamos a esos niños, adolescentes y jóvenes que se encuentran en circunstancias desfavorables que tienen la elección de romper esa cadena sin siquiera tener la oportunidad de ingresar a un sistema educativo eficiente y eficaz?

Lamentablemente, hasta ahora no he visto muchos cambios significativos provenientes del Estado que puedan ayudar a cambiar la realidad de nuestra educación en nuestra sociedad.

 

Gian Nilson Rios Rios – 26 de julio de 2023 (Dpto. Central)